un ramito de violetas (co-producción de Derto Negrín y Alicia Almenara)


Después de tantos años de matrimonio. El amor y la pasión ya no reinaban en sus corazones, la erosión del tiempo y la bondad de sus corazones, lo habían convertido en cariño y respeto. Quizá el cansancio mutuo de tantos años de trabajo duro para sacar a sus hijos adelante tuvieron la culpa. La monotonía se apodero de ellos. Pero un día un grave error de ella al no cerrar su facebbok en su computadora dio lugar a esta historia.
Un día como tantos otros, al llegar cansado del trabajo, un buenas noches, un beso en la mejilla y ella se subió a la habitación a dormir. El se puso en el pc a mirar los deportes como todos los días, pero ese día fue distinto. Una ventanita debajo de la pantalla pestañeaba. grave error que cambiaria sus vidas. Entro en su face y descubrió que ella estaba manteniendo una relación con un chico de otro país, hasta incluso mirando los mensajes no borrados, que mantenía sexo por cam con el. Lejos de entrar en cólera, se sintió culpable y decidió luchar por ella con los mismos medios que ese chico y en el anonimato. Compro un lap top y aprovechando que tres noches a la semana a parte de su trabajo en la fabrica, hacia de guardia de seguridad en un aparcamiento.
Para volver a conquistarla. Se saco una cuenta en facebbok con nombre y fotos falsas y le pidió amistad, a la que ella no tardo en aceptar. Aquel chico no le duro más de dos asaltos, dada su juventud e inexperiencia.
Le descubrió la poesía con el poema veinte de Neruda y luego le seguirían, Lorca, machado, Benedetti… le escribía textos llenos de amor, relatos, romanzas, versos y hasta le mando un ramito de violetas. Que el al llegar a casa vio puesto en la mesa del salón, ni el pregunto ni ella dio explicaciones.los dos eran felices de aquella manera. El le venia diciendo que cuando hiciera el amor con su marido, pensara en el y así poco a poco, lo que era monótono y muy esporádico, se fue convirtiendo en pasional y mas frecuente. Ella alguna vez en el mayor éxtasis, pronunciaba el nombre de el, pero su marido hacia como que no lo oía.asi fueron pasando los días, hasta que el decidió de pedirle sexo por cam. Siempre que lo hacía con su marido era a oscuras y si no enseñaba la cara, ella no lo reconocería. Puso más luz en su garita, una sabana a la espalda para que ella no sospechara y así vino el primer encuentro por cam
Ella deseaba ese encuentro, ahora, más que nada en su vida, quería vivirlo como si fuera real. Que sus manos sintieran la piel de su amante virtual, que la piel de él se erizará. Empezaron timidamente, como cuando somos adolescentes y tenemos nuestras primeras experiencias con la sexualidad, avergonzados pero llenos de ganas. Se desnudaron. A él le gustó mucho la forma en que ella se quito el culotte delante de la cámara. Sus dedos empezaron a desfilar desde su boca, rozando sus labios, bajando por su cuello, deteniéndose, con fuego en sus pechos.  El veía sus pezones abultados, y se le antojaba morderlos, entretenerse en ellos con su lengua y sus dientes. Su pene crecía y sus ansías también.  
Ella seguía tocándose para él. Su mano llegó a su monte de Venus, húmedo, abierto, preparado para que su marido, su amante virtual desconocido, la hiciera suya y así él ser  ÉL.
Se penetró con sus dedos, jugó con su vello. Su clítoris gritaba, la hacía gemir. El la oía y se volvía loco, sus pasiones se despertaban, eran gigantes en busca de la flor de su deseo, su violeta prohibida. Sus cuerpos se estremecían, eran un juego de sombras y luces que la cam conseguiía, que fuera especial.
El notaba en su lanza, dura y suave, la boca de ella, sus labios la succionaban. Jamás había sentido tanto placer. El morbo de saber que era su mujer la que se lo comía, con tantas ganas, hizo que estallará. Los dos gemían, suspiraban, sentían... Pasaron los días y se iban haciendo mas frecuentes los encuentros. Al poco tiempo eran casi diarios, alternaban cam con encuentros conyugales. Ella se hizo de un pc portátil que mantenía escondido para que los encuentros fuesen en la cama de su dormitorio. Utilizaba juguetes, lencería, se fue convirtiendo en una diosa del sexo, tanto para su amante como para su marido. A su matrimonio volvieron los juegos, los mimos, los tequieros y los arrullos. Y un buen día al llegar el a casa después de haber mantenido el que seria su ultimo encuentro por cam. Subió al dormitorio y la encontró dormida, aun ataviada con el mismo corpiño, liguero y medias blancas con las  que el la había dejado hacia una hora, el portátil aun prendido y el consolador en su mano. Quiso salir e irse pero tanta belleza merecía una caricia, paso su mano por la mejilla apartando su pelo muy despacito (para que no despertara y se sintiera culpable, luego saldría y no llegaría hasta tarde para darle tiempo) acerco los labios a los suyos hasta sentir su aliento. De pronto ella abrió sus ojos y nada mas lejos de verse sorprendida, con una sonrisa cómplice le pasó el brazo por el cuello. Estaba fingiendo el sueño, lo supo desde el primer momento.
Acerco su boca al oído de su marido y le susurró Sé que eres tú. Esa frase hizo que su alma se regocijara y su deseo renaciera cual ave fénix. Sus ojos se miraron, y sus bocas, hoy más que nunca estaban sedientas el uno del otro. Sus lenguas se entrelazaron con ganas, furia. Se abrazaron con fuerza, queriendo no dejar de estar unidos. Sus cuerpos se frotaban intensamente. Ella quería imponerse, y vaya si lo hizo. El se dejaba hacer, sin dejar de hacer que ella, a momentos, se fuera sintiendo más salvaje. Empezó el viaje hacia la polla de su amante, de su marido, de su todo. Mientras, él, seguía jugando con su lengua y sus manos, que la envolvían como una tela de araña, suave. Al primer contacto de la punta de su lanza con la lengua de su mujer hizo que se sintiera único.
Sudaban deseo, se dejaban llevar por sus ganas de sentirse. Ella quería notar la fuerza en su interior, quería la polla de su marido dentro. En su boca, su vagina, su culo. Ansiaba llenarse de él, y él esa noche la complacería en todo. Cuando parecía que ya no podían más, él le dio la vuelta, arañó su espalda y la embistió con una mezcla de fuerza y delicadeza que hizo que ella tuviera su primer orgasmo. El seguía conteniéndose. Las sábanas los envolvían en sus movimientos, y sin separarse un milímetro, la lanza de su marido entró en su vagina, llenando todo su espacio. Seguían un ritmo desenfrenado. Rápido. Lento. Más rápido. Y así, los dos, siendo solo uno, se corrieron a la vez. Sus líquidos emanaron de ellos. Explotaron de placer… 
Y comieron perdices y vivieron felices

3 comentarios:

  1. Entro asombrada en otro reino...en tu propio reino, lleno de letras que me abarcan una vez más e ilusionada porque hayas creado tu propio lugar para gritar...mi princesa se ha independizado...
    Te quiero, Sensueye

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  2. Tu reino me ha dado alas, libertad...Y esa libertad me hace saber de donde vengo, y lo que soy....Tu Puta Loca!!!!!!!!

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  3. sencillamente hermosa, quizás demasiado para ser real...

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