Te quedaste en mi y te quedaste para siempre y ninguna fantasía es imposible si te concierne a ti. Tu vida y la mía son reales. Si te llamo y te pido que me abraces, lo harás...,lo sé... si tienes tiempo, si tienes ganas, si mis palabras te llegan, si encuentras un motivo, si... Pero estoy acostumbrada... siempre has sido más incógnitas que respuestas...

Devuélveme...

Devuélveme mi boca,
me la deje atada en tu pelo,
mientras dormías mis ganas de tenerte
y yo sudaba de amor en tu pecho.

Devuélveme mi boca,
la esclavicé en el blanco de tu cuello,
mientras jadeabas enloquecida mi nombre
y yo te follaba en silencio.

Devuélveme mi boca,
la que te decía en besos te quiero,
la que te rompía con su media sonrisa
y hundía su lengua en ti...
para beber de tu sexo...

Esa noche...

Su habitación era abuhardillada, con viejas vigas en el techo y un tragaluz que daba sobre una sucesión de tejados grises...

Sólo faltaba una luna creciente y habría creído estar en "los aristogatos"...

Me desvistió con una gracia natural, mientras él también se desnudaba... Y, de inmediato me gustó su cuerpo..., de una delicadeza a la que yo no estaba acostumbrada...

Sus hombros y sus brazos eran de una tersura exquisita... Su piel divinamente morena contrastaba con sus cabellos y sus ojos, dios mío, sus ojos eran sublimes... mi mar...

Durante la noche me deleité con el olor voluptuoso de su piel en cada punto de su cuerpo, embriagador como una droga...

Esa noche permanecerá en mí más allá de mi muerte...