No hables... Mírame... También yo podría confesar que eres el artesano de mis sueños... Que en mis madrugadas, antes que los primeros rayos de Sol acaricien mi piel, son Tus manos las que me recorren... Antes que mis ojos vean la luz del día, es tu mirada la que me atraviesa... Podría también contarte que al alba, es tu aliento, mi respiración... Que arrancas gemidos a mi Alma... Que tu lanza me penetra, que entras en Mi con tu fuerza, con el ímpetu de dos amantes deseosos el uno del otro, nos poseemos... Que derramas tu llama y nuestros cuerpos se funden en uno sólo... Podría gritar que eres mi alimento, que tu savia me devuelve a la Vida, cada madrugada...

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